Mara por fin se sentía fuerte.
Sentía que había superado la situación y que tenía todo controlado.
Hacía tiempo que se levantaba todas las mañanas con el ánimo de seguir adelante, hubiese quedado o no con la persona que tiempo atrás la motivaba a continuar......
Sentía claramente que su vida solo podía manejarla ella, y que no habría nadie que pudese mover los hilos de su corazón.....
Pero solo lo sentía......
La realidad era bien distinta.
No podía sacar de su cabeza lo que tenía tan agarrado al corazón.
Ese día se levantó con el ánimo de una cita con él. Había tenido muchas, pero para ella todas eran como la primera cita. Seguian fascinándola esos ojos profundos como si fuese la primera vez que los viese.
Se levantó, se arregló, se puso lo mejor que tenía para él, como hacía siempre. Para él siempre quería estar impecable y con lo que a él más le gustase.
Se tomó un café y volvió a cepillarse los dientes. Quería ofrecerle un aliento fresco, agradable.
Y se sentó a esperar....
Las horas pasaban sin saber nada de él.
Poco a poco, su corazón iba encogiendose a la vez que iba desapareciedo el carmín de sus labios.
Pero nada. El teléfono no sonaba, el timbre de casa seguía mudo.......
Dos horas, tres, cuatro.......
No quería estar triste. Le habría pasado algo?? Pero ella no podía llamarle, no podía molestarle, pues tal vez él estaría ocupado y no era cuestión de molestarle, además, esto le enfadaría y Mara no quería que él se enfadase con ella. Pues tal vez la dejaría para siempre si ella actuaba así.
Cinco horas, seis, siete......
Mara se acurrucó en el sofá. Ya no la importaba el maquillaje, ni el peinado, ni que se la arrugase la blusa......
Despacio, sin quererlo, por si sonaba el teléfono y no lo oía, se fue quedando dormida......
Cayó en un profundo sueño.....
De pronto, Mara sintió un ruido!!!
Abrió los ojos y allí estaba él!!!
Entró en silencio, y se acercó a la mesa del comedor. Mara vío como él la miraba sonriendo mientras dejaba la cartera sobre la mesa..... Mara intentaba despegar los párpados cansados por el pronfundo sueño en el que había caído mientras dulcemente le decía: "has... venido...."
Su corazón se derretía, los cinco sentidos se encendieron de golpe, causando un calor que la recorría todo el cuerpo... El había ido a verla!!!! Era tan feliz......
De repente, sintió una sacudida.... Su cuerpo dio un bote en el sofá y abrió los ojos de golpe.
Ahora sí, ahora sí había despertado. Y él no estaba allí. No había ido. Fue un sueño......
Una ola de tristeza la recorrió entera, la sacudió el corazón y finalmente, cuando no pudo aguantar más, emitió un sollozo brusco, sentía su alma desgarrada, y quería llorar, llorar mucho.
Había tenido un sueño y, al despetar, empezaba la pesadilla.
No podía engañarse más. Lloró y lloró y lloró. Pero no la importaba, porque era lo que único que podía hacer. Quería llorar mucho para no tener que hacerlo nunca más por él.
Sabía que eso no ocurriría jamás, nunca. El no iría a verla, jamás entraría por la puerta de su casa para decirla que la quería.
No besaría nunca esos labios, esos profundos ojos no la mirarían con amor, esas manos no la acariciarían, él no olería el perfume de su piel, y no se dejaría escuchar un "te quiero" de ella......
Solo había sido un sueño..... Ahora, lo único que quedaba, era continuar la pesadilla.....