Oigo ruidos en la puerta. Algo la está arañando. Al principio me asusto, hasta que unos débiles gemidos me obligan a acercarme.
Abro la puerta, muy despacio... Un pequeño perrito se cuela a toda velocidad en mi casa.
A mi no me gustan los perros. Además, soy muy escrupulosa, no me gusta acariciar los animales.
Así que lo he cogido con una toalla y me he paseado por todo el portal. Como no era de nadie, he salido a la calle, por sí le estaban buscando. He dado la vuelta a toda la manzana, y nada.
Ya de vuelta para casa traía al perrillo en brazos, sin la toalla, y cuando me he dado cuenta le estaba acariciando y dando mimos.
Entrando por la puerta ya pensaba en donde ponerle una manta para que durmiese aquí esta noche.
Me he sentado y él se ha acurrucado junto a mi.
Al final, pensando en la familia que le estaría buscando, he decido llevarlo a un veterinario (con la esperanza, para ser sincera, de que no hubiese ninguno de guardia...). Sí tenía chip, podrían localizar a sus dueños.
Ya en el portal me he encontrado con dos hombres angustiados. Cuando me han visto con el perro en los brazos han suspirado aliviados. "Está aquí, ha aparecido!" Gritaba uno al otro.
Les has costado arrancarlo de mis brazos. No quería devolverlo...
En fin, que pensé que no me gustaban los perros, pero puedo asegurar que ha sido la mejor compañía (por breve que haya sido) que he tenido en lo que llevo de año...
2 comentarios:
Ja,ja,ja, no hay nada mejor para saber si te gustan los animales que tener unas horas a uno en tu casa.
Pero... luego viene lo peor, el tiempo que tienes que dedicar a ese animal, y ahi es donde la mayoria naufraga.
He tenido perros toda la vida pero ahora....estoy mejor sin ellos,(hay un tiempo para cada cosa en la vida).
Un abrazo
TE digo como Navegante, el problema es que se les acaba queriendo como uno más de la familia.
Isa, a mí me encantan, y he estado resistiéndome a tener perros, pero en septiembre mi hija me pilló en uno de esos momentos débiles y acepté tener uno en casa.
Así que aquí estoy en el nuevo año y siendo uno más en la familia.
Bueno cariño, un besazo y este año sí que nos tomamos la caña que no pudimos tomarnos el año pasado.
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